VICTIMAS Y VICTIMARIOS
Ya habíamos comentado la
anterior película del director iraní Asghar Farhadi A propósito de Elly (2009), en donde señalamos la crítica
social presente en el cine del director, en su última película la
multigalardonada Nader y
Sirim, una separación (2011),
vuelve a retomar el cine de crítica social, en donde los protagonistas es un
matrimonio iraní, que se ve introducido a un drama de connotaciones
morales y sociales.
La película nos cuenta desde
el inicio la separación del matrimonio, el cual es iniciado
por la esposa Sirim, debido a que su esposo Nader no quiere ir con ella a
occidente, cuando han realizado todas las gestiones de su visa, él decide
quedarse para cuidar a su padre, que sufre de alzheimer, pero su Sirim no
entiende la necesidad de Nader se quede, creando un conflicto en su relación
que origina el divorcio.
La razón, de Sirim de viajar fuera del
país, es para encontrar un mejor futuro para su hija y su familia, significa
la búsqueda de la libertar y un mejor ambiente para progresar, convirtiéndose en
una obsesión para ella, encontrando en el divorcio la solución lógica para
el dilema que se presenta. Farhadi, realiza una presentación perfecta de
la situación y de los personajes, en donde Nader es una persona que
se guía por los sentimientos y Sirim por la razón, tal vez se muestra a
Sirim fría y practica ante todo, pero tiene motivaciones fuertes para
serlo.
Pero de lo que se origina como una drama familiar,
en donde se muestra los conflictos por la tenencia de la hija del matrimonio,
el cuidado del padre de Nader, el sufrimiento de la
hija, poniéndola en la disyuntiva de elegir entre su madre y su
padre, la historia da un vuelco, encontrándonos en una película que
se vuelve cada vez más tensa en su transcurrir, Farhadi vuelve a introducir la
intriga en su relato, como si nos encontramos en un film de misterio, en donde
se tiene que descubrir la verdad de los acontecimientos.
Farhadi, utiliza nuevamente
la cámara al hombro para brindar una mayor naturalidad en la forma de
contar la historia, colocándose muy cerca de los
personajes, moviéndose constantemente para seguir sus
movimientos, siendo los espectadores en verdaderos intrusos de los dilemas y conflictos
de los protagonistas, quienes son personas común y corrientes que
son rebasados por sus propias acciones. Las situaciones son presentadas de
forma cotidiana, en donde esta puede ocurrir en cualquier lugar, Fashadi,
brinda universalidad a la historia. Una historia en que las emociones
se desbordan, introduciendo a los protagonistas un camino al infierno, que
resulta terrible destructivo. En donde el papel
de víctima y victimario se intercambia rápidamente.
Al igual, que A propósito de Elly,
los protagonistas se encuentran inmersos en conflictos morales, en donde la
verdad juega un papel importante, pero a diferencia de la anterior, quien
tomará la decisión final no será la parte culpable sino la
inocente, convirtiéndose en la verdadera víctima de la historia. Su
director a través de una supuesta historia sencilla, trasmite un sin número
de de emociones, que al espectador tan sólo le queda presenciar, y sucumbir
ante los golpes que brinda Farhadi a través de las imágenes,
basta recordar la escena final, en donde en un plano, el dolor traspasa la
pantalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario