jueves, 26 de noviembre de 2009

EL AÑO PASADO EN MARIENBAD (1961)


EL ARTE DE RECORDAR

Alain Resnais, uno de los más grandes directores que ha dado Francia, aunque si bien su introducción en el cine fue contemporáneo con la Nouvelle vague, no se podría hablar propiamente que se perteneciera a dicha corriente, ya que el cine de Resnais, no buscaba un mayor realismo, y naturalidad, sino la percepción sensorial de su obra la inmediatez de la misma con el público, siendo eminentemente estético, dejando de lado los convencionalismo o reglas del cine, tales como la estructura narrativa y el tiempo.

El inicio del film nos sitúa en un lujoso hotel, con una voz, a la cual al comienzo no entendemos lo que realmente quiere decir, al mismo tiempo realizamos un recorrido por los salones de dicho hotel, entonces vemos a personas estáticas presenciando una obra de teatro, o tal ellos también forma parte de esa obra de teatro, desde ahí empieza el desconcierto, el misterio, las interrogantes que una a una nos hacemos, sin llegara a una respuesta definitiva, tal esa sea la idea, tan solo generar preguntas, sin ninguna respuesta.


Un hombre se acerca a una bella mujer, para tratar que ella recuerde lo que paso en dicho hotel hace un año, pero ella no lo recuerda, o no quiere recordar, o tal vez nunca paso, o ese hombre es fantasma, o producto de la imaginación de la mujer, es así como transcurre la película, nos lleva a diferentes tiempos o tal vez sea uno sólo o ninguno, la memoria es el elemento más importante, pero el director alega al recuerdo de cada espectador.

Tal vez nos encontramos con una de las películas más puras cinematográficamente que ha dado el cine, ¿por qué hago esta afirmación?, es porque simplemente esta escapa a la realidad, a la lógica, a cualquier concepción del tiempo, recuerdo, la vida, la muerte y el amor, es un ir volver, es el recuerdo de lo que pasó o pasará, es un canto al amor, que rompe todos los esquemas, la película es construida a través de imágenes, los personajes se mueven controlados por su director de una manera milimétrica, no hay nada al azar, en los diálogos lo importante no es lo que se dice sino la musicalidad y el ritmo de los mismos, su director crea una obra para ver y escuchar, captar nuestros sentidos, es arte puramente cinematográfico, nos rebasa, nos deja perplejos, la narración es desordenada, los tiempos se confunden, al igual que los propios personajes, no sabemos dónde nos encontramos.

Las imágenes tienen un diseño onírico, estilizado, dándonos las pistas sobre lo que estamos presenciando, una obra de arte en toda su dimensión, los encuadres, la colocación de los actores, el decorado, el retoque de las sombras, Resnais juega con los personajes, y al mismo tiempo con el espectador, y es aquí en donde nos damos cuenta que nosotros somos los protagonista de la historia, somos nosotros que estamos dentro de esos recuerdos o sueños, traspasamos las barreras del tiempo y el entendimiento, la interacción es total, hemos sido hipnotizados, las imágenes nos seducen, no podemos apartar nuestra mirada, llegan a formar parte de nosotros, siendo un golpe incesante a nuestra memoria, un viaje placer para nuestros sentidos.

sábado, 21 de noviembre de 2009

SEPPUKU (1962)


KOBAYASHI EL MÁS UNIVERSAL DE LOS JAPONESES

Es muy difícil, comentar esta película, sin primero, explicar sobre los antecedentes históricos en el periodo que es narrada, la misma que se desarrolla en el siglo XVII, es por tal motivo que paso hacer un pequeño resumen de histórico. En el periodo medieval japonés, existió una gran inestabilidad de gobierno por los continuos conflictos y guerras entre los clanes, en el Señor Shogun, era el encargado de mantener el orden en el país, este periodo de gran inestabilidad en la historia de Japón se llamó, periodo de los estado de guerra, por lo cual la figura del Samurái, como un guerrero ligado a un señor, tuvo gran importancia, pero esto cambio con la instauración del shogunato Tokugawa en el siglo XVII, llamado Tokugawa Ieyasu, quien al convertirse en la máxima autoridad, luchó por reducir los privilegios y estatus social de la clase guerrera, es decir de los samuráis, además de producir un periodo de paz que constituyó casi dos siglos en el Japón, pero que perjudico grandemente a los samuráis, que prácticamente desaparecieron como guerreros, y muchos dejaron de servir algún señor, por lo que pasaron penurias, algunos llegaron al extremo de solicitar a algunos señores feudales practicarse el Seppuko (Harakiri) en sus casas, con la intención que le dieran dinero o para que le ofrezcan trabajo a cambio de que no se maten.

Masaki Kobayashi, uno de los grandes directores japonés de toda la historia, lamentablemente no dirigió muchas películas, pero cada una de ella constituyen un testimonio palpable de los ideales y principios de su director, películas tales como Seppuku, La trilogía de La condición Humana, Samurai Rebellion y Río Negro, que eran eminentemente humanistas.


La primera escena de la película, nos muestra una fantasmal armadura samurái, despues la camara hace un recorrido por la casa de un señor feudal (Castillo de Iyi), seguidamente se escucha la lectura de un diario de dicha casa, en donde nos dice que en ese día, todo transcurría con normalidad, hasta la aparición de un extraño guerrero (Tsugumo) que solicita practicarse el Seppuko, ante este pedido se le concede una entrevista en el señor de casa, por lo que pasara a contar la dolorosa historia de un joven samurái, que también vino a practicarse el Seppuko en dicha casa, a lo que Tsugumo, escuchara atentamente, reafirmando su decisión de matarse.

La historia es contada con un aura de misterio, sobre las verdaderas intenciones del extraño guerrero, a través de flashback, en donde cuenta como el dice la historia de su vida, por lo que poco a poco se van desentrañando el misterio que rodea a este hombre, la película es un prodigio en todos los aspectos, tanto en dirección, edición, guión, actuación, fotografía, que uno no puede dejar de conmoverse por lo bien estructurada que esta la historia, tan milimétricamente construida, los encuadres de una simetría perfecta, los primeros planos, los barridos, picados, en donde el uso del blanco y negro llega a una de sus máximas expresiones, estamos ante una obra arte irrepetible, inolvidable, de gran belleza plástica.

El director, nos cuenta la trágica historia de dos hombres, pero principalmente nos cuenta sobre el honor de dichos hombres, pero no sobre el honor Samurái, que sólo constituyen palabras huecas, sino se practica con humanidad, es así que la película es un bello y al mismo tiempo duro alegato, en contra de la deshumanización, no es una crítica al código samurái, como mal se puede entender, sino una crítica a la cobardía, el deshonor disfrazado por el cumplimiento de un código, si decian que Kurosawa era el más occidental de los japones, Kobayashi era el más universal de todos.

martes, 17 de noviembre de 2009

UN DIA EN LA VIDA DE ANDREI ARSENEVICH (2000)


EL FANTASMA DE PASTERNAK

Andrei Tarkovsky, se le acusa de un demandado personalista, alejado de las masas, en otras palabras de que su cine, era elitista, y de difícil comprensión para la mayoría, decir eso, es no conocer verdaderamente el cine de Tarkovsky, su cine no elitista, tan solo busca sensaciones del espectador ante las obras que realizaba, es decir sus películas eran sensitivas, más que intelectuales, para entender el cine de Tarkovsky, no era ser intelectual, sino una persona de gran sensibilidad, que era justo lo que buscaba, a través de sus imágenes, que golpeaban a nuestros ojos, por el impacto que provocaban.

En su cine no había nada que entender, tan solo de sentir, ser un unidad espectador-obra, mezclarse e interactuar uno con otro, Tarkovsky, en su Teoría cinematográfica esculpir el tiempo, mencionaba, que la materia prima, donde trabaja un cineasta es el tiempo, así como de un escultor el mármol, la sensación es inmediata con respecto a la obra, el cine juega con el tiempo, lo moldea, de acuerdo a lo que busca el artista, el cine atrapa el tiempo y lo usa, a su vez, para Tarkovsky, la imagen es el absoluto, es la materialización del pensamiento, estamos en otras palabras ante la dictadura de la imagen, ya que es lo es todo, el lenguaje forma parte de la imagen, ya que sin la imagen no es nada.

Chris Marker, a través de su documental, Un día en la vida de Andrei Arsenevitch,que forma parte de la colección cine de nuestro tiempo , esta rinde homenaje a uno de los grandes del cine, Andrei Tarkovsky, en donde parte una grabación sobre el rodaje del film El sacrificio, para contarnos sobre este artista que queria darle categoría de arte al cine, al igual que otras disciplinas artísticas, Marker hace un recorrido sobre el cine de Tarkovsky, desde sus inicios en la escuela de cine de Musco, hasta su ultima película, mostrándonos breves escenas de La infancia de Ivan, Andrei Rublev, Solaris, El espejo, Stalker, Nostagia, El Sacrificio, en donde nos va describiendo el cine del cineasta ruso, en las cuales trasmitía, sus aflicciones, obsesiones, amores, y sobre todo la concepción sobre la divinidad, que sutilmente a través de las imágenes o movimientos de cámara nos la mostraba.

Marker, en menos de una hora de documental, logra trasmitirnos, e introducirnos en el mundo de Tarkovsky, justamente a través de las imágenes, de pequeños pasajes de su cine, Marker hábilmente construye el relato del film, contándonos los últimos días de Andrei, con las obras de cinematográficas desde La infancia de Ivan hasta El Sacrificio, mostrándonos la forma como vivía y respiraba el cine, como en su lecho convalecencia por el cáncer, daba los últimos ajustes a su obra arte.

Es asi, que nos cuenta una anécdota que le sucedido a Tarkovsky, en una sesión espiritista, en donde se comunicó con el fantasma de Boris Pasternak, que le dijo: “ que sólo rodaría siete películas. "¿Sólo? ", preguntó Andrei. "Pero serán buenas", respondió¨, fue así, Tarkovsky tan sólo dirigió 7 películas, siendo estas obras maestras, por esa obsesión de perfeccionamiento, de no dejar nada a la azar, en donde él era el creador, se convertía cuando dirigía en una divinidad, que movía el tiempo y la naturaleza a su antojo, esculpía el tiempo y las imágenes, como muy pocos los han hecho.

Marker, es tal vez uno de los mejores documentalista en la actualidad, porque al igual que Tarkovsky, cree en la imagen como una religión, en donde la importancia del relato se encuentra en la imagen, ya que las historias se construyen a través de estas, no existe un antes ni un después, la imagen lo es todo, y yo me auto nombro en su seguidor de ambos.